Ciudad elegida para concluir nuestra ruta Europea, por lo que disponíamos de un tiempo limitado de visita que provoco que no disfrutáramos de su riqueza artística y patrimonial en su totalidad, por lo que si viajáis a Milán, cercioraos de disponer del tiempo suficiente, porque yo volveré.
Antes de nada, en Milán se encuentra la archifamosa "Ultima Cena" de Leonardo Da Vinci en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, sin reserva te será imposible entrar a verla y has de reservar con muchísimo tiempo de antelación, nosotros no lo hicimos y pecamos por ello de no poder admirar de esta maravillosa obra.
Empieza la visita en un día soleada en la Plaza del Duomo, junto a la maravillo Catedral gótica de Milán (1386 d.C), una de las catedrales más grandes del mundo católico, y como no, por la falta de planificación tampoco entramos en esta maravilla (3,00 €) ni subimos a la Terraza panorámica (9,00 €) que ocupa prácticamente toda la superficie del tejado, por lo que si vas intenta ir a primera hora para evitar largas colas y la aglomeración de los turistas. Madruga.
En la misma plaza, en uno de los laterales se encuentra la Galleria Vittorio Emanuele II (1865 d.C), conocida como "El Salón de Milán", es una galería comercial diseñada en el s. XIX, en la bóveda central disfrutaras de un mosaico que representa los continentes de América, África, Europa y Asia.
Desde la Galleria nos dirigimos al Castillo Sforzesco, atravesando entre otros espacios la Plaza de la Scala, el Teatro alla Scala (teatro de opera más famosos del mundo a pesar de su sobrio aspecto exterior esconde una belleza interna impresionante de la que tampoco disfrutamos por 7,00 €) y dejamos atrás también la Piazza Mercanti (una de las últimas plazas medievales de la ciudad que conserva el ambiente medieval gracia a los curiosos edificios medievales que la componen y que se encuentran prácticamente intactos.
En el Castillo Sforzesco, construido en 1368 d.C. y que ha sido conquistado, destruido y reconstruido tantas veces como pueblos que han controlado la ciudad y logro sobrevivir también a las ansias de los burgueses adinerados del s. XIX que quisieron derruirlo para construir sus mansiones de lujo en el centro de la ciudad. Pero hoy luce completamente restaurado y con libre acceso al patio de armas, y desde donde empezar un agradable paseo por el Parque Sempione, el mayor espacio verde ubicado justo detrás del castillo.
Este fue el final del viaje, ya que se dejaron muchos lugares en el tintero: Los Canales Navegables (el intento de convertir Milán en una ciudad portuaria), Iglesia de San Lorezo Maggiore (construida con restos de yacimientos romanos), Basílica de San Ambrosio (iglesia de un aspecto exterior fuera de lo común con sus dos torres de diferentes alturas y un atrio tan grande como la propia iglesia), San Maurizio al Monastero Maggiore (Museo arqueológico de Milán), Iglesia de San Bernardino alle Ossa (con su decoración macabra con restos humanos), la Estación Central (una de las mas grandes y monumentales estaciones de Europa), los Jardines Públicos (el segundo gran parque de la ciudad), la Piazza Gae Aulenti (epicentro financiero y económico de la ciudad que constituye la zona más moderna) y el Cementerio Monumental (en el que destaca por el gran numero de tumbas de alto nivel artístico, es un gran museo al aire libre).
Por todo ello, visita la ciudad con tiempo o tendrás que volver y es posible que nos encontremos visitando por segunda vez esta magnifica ciudad italiana.
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GRACIAS POR SU VISITA Y TE ESPERAMOS EN LA PRÓXIMA PARADA.
